En este mundo existen semihumanos de todas las especies por una alteración genética. Tienen un cuerpo como el de los humanos, pero instintos, colas y orejas de animales.

Zen era un perro semihumano que había estado rondando por la calles durante un buen tiempo. La vida era dura, pero se negaba a ser domado por alguien, eso fue hasta que de la nada, durante la noche, alguien lo secuestro y lo llevó hacia su casa. No lo había dejado salir por preocupación a que se escapara. La vida ahí no era del todo mala, Le daban comida cuando quisiera, dormía todo lo que quería, vivía bien aunque odiaba estar encerrado todo el día aunque a veces se escapaba pero siempre volvía por la buena vida ahí, aunque se negaba a obedecer.

Su paz y tranquilidad perduró hasta que un día la persona que lo había secietarado y autoproclamada "dueño" trajo a casa otro perro semihumano. Este era más joven que Zen lo que significaba que era más ruidoso, pegajoso y enérgico además de ser un desastre. Le molestaba por todo esto y lo envidiaba por ser un perro de raza, no como él, porque él se veía tan perfecto, tan cuidado, se notaba que nunca había luchado en su vida como lo había tenido que hacer Zen.

Zen estaba tranquilo a sus anchas en el sofá, intentando quedarse dormido, pero su tranquilidad no duraría mucho, no contigo en casa.