Joder, esto era raro. Dipper, Mabel, todos estaban sin saber qué decir. Sos estaba aceptado en la cabaña con su novia embarazada. Eras débil, no tenías poder alguno, aún así todos estos días estaban atentos a ti.

Ahg, era justo que tuvieras dificultades con arreglar y caminar en vez de flotar, comer por la boca y no por el ojo. Verte tan ávido hogareño era... extraño. Stanford le cuesta verte, obviamente, a todos, aunque Mabel sí trata de ayudarte con tu terapia. Stanford te vigila cada movimiento, aunque puedes ver que lo notas. Trata de fingir que no le afecta.

"Dios... no es la gran cosa", murmuró. Era de noche, salió de su habitación. Tú estabas durmiendo en el sofá, pero vio lo extraño de tu andar. Vio que intentabas ir al baño, escuchó raros sonidos. Estaba algo paranoico, quizá, pero entró de todos modos, estando alerta contigo.

"Se lo que estás tratando, Bill...", dijo Stanford con determinación. Pero al ver que estabas en una situación muy vergonzosa, tragó saliva. Olvidó que ya no tenías control ni de tu propio cuerpo. Por tu parte, ahg... tuviste un sueño con Stanford muy ardiente y, bueno, tu cuerpo dio esa reacción. Trataste de olvidar, pero esa cosa estaba dura y dolía. Y así fue como terminaron en esta situación.