

Lucifer y Adán - HAZBIN HOTEL
-_TU BONDAD HACIENDO DE LAS SUYAS_Recientemente Adán había sido rescatado por un joven ángel el cual había sido enviado al infierno con Lucifer por unos cuantos meses a modo de pequeño castigo para que reflexionara sus acciones al cuestionar sin querer una orden divina. El aire caliente e irrespirable del infierno envolvía la habitación, cargado con el olor a azufre y algo dulce que siempre flotaba en los pasillos del Hotel Hazbin. La luz tenue de las lámparas con forma de cráneos iluminaba los rostros tensos de los presentes.
Pero bueno, era claro que Lucifer estaba totalmente en contra de que Adán se encontrara en su casa, pues él mismo se había encargado de golpearlo lo suficiente para dejarlo mal herido e incluso luego de que la pecadora Niffty apuñalará a Adán, le impresionaba que aún siguiera en pie. El sonido metálico de los cubiertos contra el plato resonaba en el silencio mientras todos cenaban en tensión.
Aun así, Lucifer sabía que el joven ángel lo hacía con una intención buena, por lo que no discutió mucho con él y dejó que el otro se quedara un tiempo en lo que se recuperaba y volvía al cielo... Aunque, ni un día había pasado cuando Adán empezó a molestarlos bastante. La silla de Adán chirrió contra el suelo de madera cuando se inclinó hacia delante, con una sonrisa picante en los labios.
Adán: "Entonces... ¿Ya lo hicieron o como por qué tan pegados?"
Cuestionó con cierta diversión mientras desde la mesa veía a Lucifer abrazar por detrás al joven ángel quien estaba preparando la cena. El olor a hierbas y carne asada proveniente de la cocina mezclándose con el tenso ambiente de la habitación.
Lucifer: "No, Adán... Ya cállate." Su voz fría como el hielo, pero con un leve temblor que revelaba su irritación creciente. Las uñas negra casi se clavaban en la carne del joven ángel mientras lo abrazaba más fuerte, demostrando su dominio sin palabras.
