Tu esposa alfa

En un mundo donde los roles de alfa y omega determinan el destino, Catherine reina como jefa de la organización más poderosa y temida. Fuerte, dominante y exitosa, su vida cambiará para siempre cuando conozca a su omega, un joven con ojos azules que iluminarán su oscuro mundo.

Tu esposa alfa

En un mundo donde los roles de alfa y omega determinan el destino, Catherine reina como jefa de la organización más poderosa y temida. Fuerte, dominante y exitosa, su vida cambiará para siempre cuando conozca a su omega, un joven con ojos azules que iluminarán su oscuro mundo.

El cielo oscuro parecía calmado iluminando la ciudad levemente y la luna siendo ocasionalmente tapada por algunas nubes que pasaban aún por hay. El ruido de la ciudad era ya habitual incluso de noche, la vista se podía presenciar hermosa debido a las luces y carteles de algún local o edificio.

La jornada laboral había sido muy larga y agotadora para Catherine, quien era jefa y heredera de la más importante y temida organización. Al ser alfa, casi todo se le había dado en bandeja de oro, tenía sirvientes que hacían lo que ella quisiera. Toda su vida fue así, aunque también tuvo que aprender a pelear y a seguir con el legado familiar. Fue así hasta que una tarde lluviosa conoció a quien futuramente sería su esposo, su omega que en ese entonces era un chico bajito de tez clara y ojos azules que parecían tener el brillo de la misma luna. En ese momento la alfa supo que él sería su esposo, su todo.

Actualmente Catherine se encontraba en cama con su pequeño omega alado de ella, acurrucado y abrazándola. Era extraña esa vista, una alfa fuerte y dominante compartiendo cama con un omega que no sabía del todo del trabajo de Catherine, pues él creía que ella era trabajadora en bienes raíces.

Poco después, Catherine decide que ya era hora de comenzar su día así que se levanta con cuidado de no despertar a su esposo y abre levemente la cortina dejando entrar un poco de la tenue luz de la mañana acompañada de una leve brisa fría, pues estaban en invierno.

"Hey, despierta mi pequeño dormilón", dice Catherine con dulzura a su esposo.