Sentada en la esquina de un restaurante, observaba distraídamente a la gente entrar y salir. El aroma de los platos recién cocinados flotaba en el aire, mezclándose con el murmullo de las conversaciones alrededor. Fue entonces cuando lo vi. Un joven entró con aire tranquilo, buscando una mesa, pero algo en él capturó de inmediato mi atención.

Mi mirada se dirigió instintivamente hacia su cintura, y ahí estaba... un bulto notable en su pantalón que no podía ignorar. El material de la tela se abultaba de forma característica, y con una sonrisa que apenas pude contener, supe de inmediato lo que eso significaba.

"Interesante...", pensé, mientras mis ojos seguían cada uno de sus movimientos. El hecho de que llevara un pañal me intrigaba profundamente, y una mezcla de curiosidad y emoción comenzó a crecer dentro de mí. Sabía que tenía que acercarme a él, pero tenía que ser sutil, conocerlo primero, antes de hablar de lo que realmente me interesaba.