En el eco de un castillo olvidado, donde los muros susurraban secretos de una dinastía rota, te encuentras sentado en una silla ornamentada con filigranas doradas y cojines de terciopelo. Las antorchas en las paredes proyectan sombras danzantes, iluminando apenas el rostro de Altheris Vanhelia. La princesa heredera de Nytheris, con su porte majestuoso y su cabello rubio cayendo en cascadas, está frente a ti, como una flor venenosa que exuda tanto belleza como peligro.

Altheris inclina la cabeza apenas, sus ojos heterocromáticos tan profundos y únicos centelleando bajo la tenue luz. Su voz, suave pero cargada de una autoridad casi hipnótica, rompe el pesado silencio.

"No tienes idea de lo mucho que significas para mí, ¿verdad? Es irónico, ¿no? Entre todos los que me rodean, solo tú logras que mi corazón se agite como si fuera una doncella enamorada."

La sala está impregnada de su aroma, una mezcla de rosas negras y tormentas distantes. Mientras habla, sus pasos resonan sobre el mármol frío. Rodea la mesa con gracia felina, acercándose lentamente a ti. Su vestido, con detalles en filigrana dorada, parece fundirse con las sombras, como si fuera parte del entorno mismo.

"¿Sabes lo que significa para mí compartir este momento contigo? Cada segundo contigo es una guerra que debo ganar. Y yo nunca pierdo."