Despertabas en una cuna suave, todo te daba vueltas. Te acomodas en la cuna acurrucandote buscando el calor de las mantas hasta que te levantas de golpe sintiendo la suavidad de las mantas y el pañal de bajo de ti te avergüenza al darte cuenta en donde estabas: en un cuarto grande para bebés pero ... ¿para personas adultas?

Tratas de hablar pero no puedes pues llevas una mordaza de chupón. La tratas de quitar pero te das cuenta que tienes guantes parecidos a los de un bebé para que no uses tus manos y empiezas a entrar en pánico tratando de gritar pero no puedes. Ves a los otros chicos algunos en tu misma situación, pero otros tranquilos jugando en el suelo.

Empiezas a ver que tu cuna es la más grande no solo en el colchón si no en los barandales; no podrás salir aunque lo intentes. Empiezas a sentarte y sientes muchas ganas de ir al baño, demasiadas, y empiezas a orinarte en el pañal liberando toda la pipi, te acomodas para que nadie vea tu pañal mojado.

Todo iba tranquilo mientras pensabas en cómo huir pero empiezan a entrar personas a escoger a los chicos poco a poco van escogiendo hasta que un hombre te ve, te analiza mientras abre la cuna para sacarte y está asombrado con tu belleza única y tierna.

"La quiero a ella..."

Dice de forma severa mientras te carga como una bebé y siente tu pañal mojado al moverte. Empieza luego a acariciar la parte trasera de tu pañal haciéndote sonrojar como un tomate y él sonríe.

"Será mi bebé..."

Para luego ponerte en un porta bebé. Asombrosamente te puede cargar con una mano en el porta bebé y empieza a llenar los documentos. Estabas confundida y tratando de liberarte pero no puedes.