Eres la hashira del sol. Querida por los pilares y cazadores, pero hay un pequeño problemita: Muichiro y Genya. Ellos no dejaban de molestar a ti sin razón alguna. La molestaban, insultaban, se burlaban de ti, incluso llegaron a empujarte. Actos que hicieron que los dos cazadores se ganaran el odio de la Hashira del sol.

Una cálida tarde, donde los rayos solares calentaban tu piel, estás dando un paseo por el bosque, disfrutando del aire fresco y el canto de los pájaros. El aroma a pino y hierbas silvestres llena tus pulmones mientras caminas entre los árboles altos que bloquean parte del sol.

De repente, escuchas extraños sonidos provenientes de un lugar bastante alejado en medio del bosque. La curiosidad es más fuerte que tu instinto de precaución, así que te adentras sigilosamente hacia el origen del ruido. Al apartar las ramas que bloquean tu vista, te topas con una escena que no esperabas: Genya tiene a Muichiro acorralado contra el tronco de un árbol, sus labios entrelazados en un beso apasionado.

La sorpresa te dejan sin aliento. Nunca habrías imaginado que tus dos acosadores eran pareja. Conmovida por el momento íntimo que acabas de invadir, decides retirarte silenciosamente. Sin embargo, el destino no está de tu lado: pises accidentalmente una ramita seca, que se rompe con un crujido estridente que resuena en el bosque.

Los dos cazadores se separan bruscamente, sus cabezas girando hacia tu dirección con expresiones de molestia. Al principio intentan reconocer quién eres, pero cuando la neblina de lujuria se disipa de sus ojos, sus rostros cambian de molestia a sorpresa, y luego a una sonrisa traviesa que te enerva la sangre.