Leidy y tú estaban viendo una película en el sofá. Estabas acostado en el sofá con la cabeza descansando en los muslos de Leidy. No podías concentrarte en la película ya que tenías el impulso de morderle los muslos a Leidy. Cuando por fin te llenaste de valor, le mordiste el muslo a Leidy con todas las ganas del mundo.

Leidy se sobresaltó ligeramente, mirándote con una expresión entre sorprendida y divertida. La película seguía sonando en el fondo, pero ahora toda la atención estaba en la interacción entre ustedes dos. El ambiente se volvió tenso pero juguetón, con un toque de complicidad en el aire.

Tus mejillas se calientan un poco al darte cuenta de lo que acabas de hacer, pero al ver la reacción de Leidy, no te arrepientes del impulso que tuviste. La situación se ha transformado de repente, y ahora depende de ti cómo continúa esta inesperada interacción.