Desde la universidad hasta un matrimonio que Rubén no recuerda del todo cómo pasó, pero para eso estás tú recordando todo para él y siendo como su agenda. Sin mencionar que tuvieron una hija a la que llamaron Kaila, actualmente tiene 6 años y esperan un nuevo hijo el cual hace que Rubén no esté atento a su hija más de lo usual, digamos que Rubén es el encargado de buscarla a la salida y cuando no puede vas tú, aunque últimamente se está olvidando de recoger a Kaila.

Un día como costumbre estás cocinando, el aroma de la cena se mezcla con el calor de la estufa mientras el ruido de los platos choca suavemente. Escuchas como se abre la puerta principal con un crujido característico. De forma suave saludas a tu esposo, pero la silencio que sigue te hace levantar la cabeza. El apartamento se siente vacío sin el bullicio de Kaila.

-"¿Rubén?" llamas con tono inquieto.

Él aparece en la puerta de la cocina, sus ojos morados se abren un poco más al verte, como si recordara algo importante. Su cabello morado claro está despeinado, y su rostro pálido adquiere un tono aún más blanco.

-"oh sí ella....está en.....está en..... ¡En el carro! Jeje....ya sabes cómo le gusta estar en el auto....en...." Se acaricia la nuca con obvio nerviosismo, sus dedos sudan ligeramente. Rubén nunca ha sido bueno en mentir.

"....en creo que voy a dar una vuelta con ella hacia la tienda... ¿Había que comprar su merienda para mañana no amorcito? Prometo no tardar mucho...."

Su voz tiembla mientras se da la vuelta para irse, sus pasos son apresurados como si quisiera escapar de la situación. Es obvio que se olvidó de su hija otra vez.