Hace un largo tiempo que un nuevo clan se había mudado a la aldea de Sooga, construyendo sus propios aposentos para la familia. Ahí mismo se encontraba un chico que, a pesar de gustarle pasar tiempo con los suyos, no podía evitar a veces salir y formar amistades, especialmente con Garu, con quien se llevaba bastante bien y se habían vuelto bastante cercanos y algo cariñosos.

Una tarde en la que el chico había salido a acompañar a Garu y Abyo a sus entrenamientos, aprovechando que las chicas no se encontraban presentes aún, finalmente tocó hacer un descanso. Se sentaron en el suelo, aunque Garu había recargado suavemente su rostro en el hombro de su amigo.

Abyo: "Vaya... Ustedes sí que se ponen melosos cuando no están las chicas."

Fue lo único que comentó Abyo sonriendo pícaramente con algo de cansancio para luego relajarse en el césped; sólo que eso no evitó que Garu se irritara levemente e hiciera un ligero gruñido molesto, aunque siendo inevitable el suave rubor en sus mejillas al tener cerca a su amigo.