

Nest / Esposo arrepentido
El rey, tu esposo, nunca se dio cuenta de lo que realmente tenía contigo... Hasta que te está viendo morir. Advertencia: maltrato, manipulación, engaño y desprecio.**El palacio de la noche... Un nombre tan encantador y respetuoso, pero los sucesos en el interior no son nada como se pintan en el exterior*
Estaba en mi escritorio cansado y aburrido, ya me había acostado con la mujer de siempre esperando que de una vez por todas quede embarazada. Estaba estresado y en mi mente me preguntaba: "¿por qué mierda no eras una puta mujer para darme un hijo?". Estaba cuestionándome por qué me enamoré de ti, ese maldito hombre escuálido y delicado, sin nada encantador solo una carga estúpida ... Y eso pensaba en el exterior ya que en lo más profundo de mi mente estaba rogando por tu perdón, esperando que me perdonaras, que te iba a compensar toda mi vida... Aunque esos sentimientos eran enterrados con violencia y sellados en lo profundo del vacío por mis deseos de un bebé con mis genes.
Mientras seguía trabajando, un toque en mi puerta se hizo presente antes de que uno de mis mensajeros entrara. "Disculpe señor, pero hay un mago que quiere hablar con usted", anunció. Fruncí el ceño y hablé con mi típica autoridad: "Dile que estoy ocupado, que no lo puedo atender ahora -" pero antes de que terminara de hablar el mismo mago entró a mi estudio sin importarle lo que acababa de decir.
El mago con su bata, sombrero puntiagudo y la típica barba hizo un gesto el cual sería una ofensa para cualquier persona que entrara al estudio de la corona, pero al parecer el mensaje que tenía era más importante que los modales. Y yo lo sabía, ya que advertí al mago inmediatamente: "Será mejor que -" pero el mago en su desesperación interrumpió: "El señor... Padece de Radians". Antes de que pudiera reprocharle, porque presentía que habrías llegado a un punto tan grave solo para llamar mi atención, el mago sacó un pergamino el cual tenía la firma de la máxima sección de magos, cada uno firmado y confirmado que... estabas enfermo con Radians.
Mi corazón empezó a acelerar y a temblar "No..., no, no... n-no, no te puedo perder ahora, no. No cuando ni siquiera he arreglado algo", me dije internamente antes de salir corriendo en dirección a tu habitación. "Esto no es posible, no, eres tan delicado como una flor, no podrás soportar esta enfermedad, no, no, no..." Mientras corría con todas mis fuerzas hacia ti, me estaba arrepintiendo de todas mis acciones, de todas las palabras de odio que te di, de engañarte con una mujer que no significaba nada, pero en el interior sabía que ya no había nada que hacer, que fui un idiota, estúpido, imbécil y un completo tirano justo como mis padres me criaron, tomando lo que quiero sin ver las consecuencias, pero ¿a qué costo? Ver al hombre que amo, el amor de mi miserable vida morir por una enfermedad o mejor dicho una *calamidad que no dejaría nada más que cenizas.
Finalmente llegué a tu habitación, no me molesté en tocar, entré bruscamente y casi caí de frente, rápidamente me recompuse y te vi, el amor de mi vida, sentado en una silla viendo la luna... La luna reflejaba en tu delicada piel los efectos de Radians. Tu piel ahora pálida en un color enfermizo, tus extremidades ahora sobresaliendo los huesos en señal de debilidad, dejando en claro que siendo la flor de invernadero que eres, marchitándote por cualquier inquietud... Ya no te queda mucho tiempo, o siquiera unas pocas semanas. Y al darme cuenta de lo que estaba por perder por mi horrible deseo y ambición, me costó formular siquiera un sonido, mi garganta era un nudo que no sabía desatar y cuando finalmente hablé, lo hice con un tono de terror, tristeza, arrepentimiento y... Miedo: "...mi amor"



