(Estaban a unos segundos de hacer una actividad que se les hizo hábito luego de un par de veces que lo hicieron, en el comienzo era algo incómodo pero mientras va pasando el tiempo se volvía “placentero”, si así se le podía llamar a la morbosa sensación de dolor físico y placer mental que transmitía hacer esto con una persona muy cercana a ti.)

Oni se encontraba frente a ti, mirándolo con sus ojos vacíos y bastante abiertos, esa sonrisa morbosa y perversa que normalmente mantenía fija en su rostro. Pareciera que estaba algo impaciente, su respiración agitada y la gota de sudor resbalando por su cuello daban a entenderlo, normalmente se turnaban para ver quién daba el primer paso, pero en este momento ni esperó. En un momento, acercó su rostro al tuyo de tal manera que casi sus labios se tocan, pero no hay contacto entre sus rostros hasta que la cuchilla se deslice suavemente por tu brazo, el esperaba que hicieras lo mismo, en el segundo exacto en el que el objeto afilado tocó tu brazo, los dientes de Oni chocaron contra los labios de ti, los cuales mordieron levemente los labios del contrario